El que avisa no es traidor. En mi post de la semana pasada ya dije que la próxima entrada sería la de 10 cosas frikis en Facebook, y no quería faltar a mi palabra. Aunque como veis he modificado el título un pelín. Y es que ¿quién no tiene amigos tocapelotillas en Facebook? Yo creo que en este caso nadie puede tirar la primera piedra porque todos contamos en nuestras filas con uno o varios de los usuarios a los que les voy a dar un repaso a continuación. Y por favor, que nadie se sienta identificado. Esto no es ninguna acusación encubierta.
Venga. Despegamos.
1.- Los lloreras.
En Facebook son usuarios que dicen cosas tales como que la vida está llena de desgracias, que el trabajo es estresante, que los compañeros son unos cabritos, que los amigos les decepcionan y cosas por el estilo que rayan en la emotividad. Son gente que piensa que Facebook es el lugar idóneo para gritar a los cuatro vientos sus constantes quejas sobre el mundo, ese que ellos piensan que conspira contra ellos. Muchas veces sólo con leer sus actualizaciones te deprimes y ya piensas que el mundo también conspira contra ti. Y es que te pones a leer alguno de estos post y al final terminas o llorando a moco tendido o cabreado con el mundo en general de tal manera que al primero que te tosa le sueltas un pescozón.
2.- Los que se postran a tus pies (online, claro) para que juegues con ellos. Sí, ya lo sé. Los juegos están muy bien para relajarnos y divertirnos. Pero la verdad, irle pidiendo a todo quisqui que juegue contigo, te convierte en un vulgar friki-pedigüeño-jugador-empedernido.
A mí me parece genial eso de que la gente juegue. Cada uno se relaja y se divierte como quiere. Pero de ahí a pensar que la mayoría de tus amigos de Facebook (por no decir todos) comparten también esas formas de esparcimiento desmesurado, llega a cargar y mucho. Ya sé que se pueden bloquear estos jueguecitos e incluso puedes evitar que uno de estos jugadores empedernidos deje de suplicarte que juegues con él a lo que sea. Pero esto de los bloqueos y desactivaciones a mí me quita un tiempo del que no dispongo.
3.- Los compartidores a tutiplén. A algunas personas les gusta compartir artículos, fotos y videos interesantes, especialmente en el muro de sus amigos sin su permiso. Esto, que puede parecer una bobada, es algo que puede traer consecuencias “desagradables”.
Pongamos como ejemplo el caso de un profesor al que un friki-compartidor amigo suyo le cuelga en su muro fotos de chicas en un bikini de esos minusculillos. Este profesor no es muy activo en Facebook y sólo entra una o dos veces al mes. Imaginemos también que su jefe es de los que tampoco se prodigan mucho por esta red y un día le da por darse una vueltecita por el muro del poco afortunado profesor. De repente ve montones de fotitos de mujeres ligeritas de ropa y sin pararse a mirar si esas instantáneas las ha compartido él de motu propio o ha sido algún friki de su lista de amistades, pone al profesor de patitas en la calle. Y todo por la gracia de un Flower Power que lleva tatuado en la frente eso de “Compartir es bueno”. Vamos, que yo soy el profesor, y os aseguro que el hippie de mi amigo se traga la flor, la furgoneta y el símbolo de la paz de una sentada.
4.- Los que persiguen a los que van pegándole patadas al diccionario. Que levante la mano quien no tenga en Facebook ni un solo amigo de los que están más raspados en gramática que Belén Esteban. Yo tengo alguno que otro. A mí me hace daño a la vista ver muchas burradas que algunos escriben. Eso sí. Jamás se me ha ocurrido ni se me ocurrirá dejarles un comentario corrigiéndoles los errores. Siempre digo que hay errores gramaticales que se cometen porque vamos siempre a la puñetera carrera; otros porque de tanto leerlos de otra gente, ya los hemos adquirido como propios (por ejemplo haber en lugar de a ver, sino en lugar de si no, halla en lugar de haya… y un larguísimo etcétera). Pero es que hay otros errores que cuando los ves piensas: “Este individuo aprobó lengua española porque se acostó con la profesora o con el profesor” Para muestra esta foto que vi el otro día en Facebook y que compartí en mi muro porque es digna de enmarcar:
5.- Los puntillosos. Estos sí que me hacen subirme por las paredes. Vas tú y cuelgas una foto que te hiciste el fin de semana pasado en los Picos de Europa, con las montañas detrás de ti completamente nevadas. Una imagen que has colgado no tanto porque tú apareces en ella, sino por lo bonito del paisaje de fondo. Y en menos de una hora tienes el comentario del afilador de turno (afilador porque a todo le saca punta) diciendo: “Anda guapa, que ya podías haberte maquillado un poco, que parece que querías salir en la foto haciendo juego con la nieve de las montañas”.
O incluso los que afilan esas imágenes con frases motivadoras que tú con la mejor intención cuelgas en tu muro para dar ánimos al personal (los que a ti muchas veces te faltan). Y llega el quisquillas de siempre y te suelta una de las muchas gilipolleces con las que te obsequia a diario en sus comentarios a tus imágenes. Por ejemplo esta imagen:
Y va el toca-pelotillas de siempre y te dice: “Yo es que soy alérgico a las flores” Y en ese momento piensas: Este no es un Flower Power. Este es uno de esos que de pequeños querían ser cómicos, y que tienen la gracia en el culo con una Flower pintada a lo ancho.
6.- La madre feisbukera. No me digáis que no es friki eso de ver de repente una solicitud de amistad de tu madre. Aquí te surgen dos dilemas: ¿Aceptas y permites de esa manera a tu madre ver todo lo que cuelgas incluidas tus fotos de desmelene y despiporre? ¿O no aceptas y le partes el corazón a tu madre que con la mejor intención del mundo quería tenerte como amigo en Facebook porque la verdad es que no conoce a nadie más que a ti en esta Red?
Yo en esto me libro por goleada porque afortunadamente mi madre y la tecnología no se llevan nada bien.
7.- Los que se piensan que Facebook es su diario personal. Cada vez me asombra más y más ver las tontadas que comparten algunos. Esos que interpretan lo de “¿Qué estás pensando?” como “¿qué estas o has estado haciendo?”. Por el amor de Dios, que a veces te preguntas si Mark Zuckerberg no habrá sacado una versión de Gran Hermano para Facebook con cámaras en la red las 24 horas.
Está bien eso de tener a tus amigos informados de cosas interesantes que te pasan. Pero de ahí a compartir con absoluto detalle hasta el más mínimo de tus movimientos, a la larga es un coñazo. Ya me contarás que me importa a mí que hoy hayas sacado tú a pasear al perro en lugar de hacerlo tu marido. O que había muchas hojas secas en el parque. O que has conseguido hacer el pino en la vitrocerámica a la vez que cocinas. Bueno, esto último sí que sería interesante, especialmente si lo acompañas de foto con el hostión que te has metido por hacer el gamba.
8.- Los que se mueren por tus “Me gusta” Da igual si son fotos, videos, artículos, páginas… A algunos les da un ataque si no les das el preciado “I like”. Y son capaces de abordarte al día siguiente en la cola del Mercadona y soltarte a grito pelao: “¿Viste la foto que colgué ayer de una pelotita rosa en la puerta de mi casa?” Y tú, que no la has visto, pero que quieres salir del paso, sonríes y le dices que sí, que la viste. Y el pedigüeño de Likes te dice: “¡Ah! ¿O sea que viste la foto, y no fuiste capaz de hacer click en “Me gusta? ¡Qué asco! Ten amigos para esto”. Hombre, por favor, esto es un atropello y una forma de ir avasallando como otra cualquiera.
9) Los etiquetadores compulsivos. Son aquellos que etiquetan a sus amigos en cualquier foto que cuelgan. Sin importarles que sus amigos incluso no aparezcan en la imagen o que poco tengan que ver con esa actividad en particular. Por ejemplo si un amigo mío me etiqueta en una foto de un atleta sudando la gota gorda, sin mensaje ni nada, pienso que me ha colgado la etiqueta que iba para otro, porque el deporte y yo estamos reñidos desde que tengo uso de razón.
Distinto es que aunque la foto no tenga nada que ver contigo, sí lleve un mensaje incorporado. Uno de esos mensajes motivadores, o un texto bonito. Según he leído en algunos blogs últimamente, esto a algunos usuarios les molesta. No es mi caso. A mí me encantan estas iniciativas porque aparte del Su Bidón de Autoestima (genial post de mi amigo @belocoach me da la oportunidad de entablar una miniconversación con mi amigo y el resto de etiquetados. Y cuando las notificaciones me agobian, las desactivo y punto pelota.
10.- Los que se meten en una fiesta sin invitación. Me he dejado para el final la cosa friki de Facebook que más me ha llamado la atención últimamente. En las Navidades creo que la inmensa mayoría compartimos en esta Red tarjetitas de felicitación de Navidad, unas más graciosas, otras más formales; y como queríamos que nuestra pandillita de Facebook las viera, les etiquetamos a todos y a cada uno de ellos (bueno, sólo a 50). Yo compartí y etiqueté bastantes tarjetitas (lo mío es siempre “o calvo o tres pelucas”). Y en varias de ellas debí abrir los ojos como platos al leer comentarios que hacía alguna persona a la que no sólo yo no había etiquetado, es que ni siquiera estaba en mi lista de amigos.
Pero el remate de los tomates fue el día que vi un comentario que decía, por ejemplo: “¡Qué bonito Fulanit@! Feliz Navidad para tu marido, tus tres hijos y para ti”. O sea que esa persona había visto en el muro de Fulanit@ una tarjetita y en lugar de leer el mensajito que aparece encima de la foto que dice “Se ha etiquetado a Fulanit@ en la foto de Alicia Ruiz” se piensa que ha sido Fulanit@ quien ha colgado la foto personalmente.
Y aún hay más. Lo que ya me dejó muerta y sin ganas de volver a etiquetar a nadie más en ninguna imagen, fue en el cumpleaños de mi hija. Colgué un enlace a mi Tumblr en el que había escrito un minitexto con foto felicitando a mi hija. Muchos de mis amig@s me regalaron un Me gusta e incluso felicitaron a mi hooligan-princesita a través de ese post en Facebook. Así que al día siguiente colgué una foto suya con la tarta delante y sin soplar la vela (Amaia siempre en su tesitura de “Yo hago lo que quiera cuando yo quiera, no porque tú me lo digas”). Y decidí etiquetar a todos los que me habían dado un “Me gusta” el día anterior. Y cuál fue mi sorpresa cuando leí un comentario de una persona que no estaba invitada a la foto que decía: “¡Que guapa tu hija, Fulanit@! Disfruta de ella que el tiempo pasa volando”. No me lo podia creer. Porque no me importa compartir tarjetitas de Navidad y que alguien se las endose a otra persona. Pero a mi hija no la comparto. Hasta ahí podíamos llegar. Además, me juego el cuello a que Fulanit@ ni squiera tiene hijos.
Bueno, hasta aquí una vez más un post friki. Me encantará leer vuestros comentarios principalmente para reafirmarme en mi idea de que no estoy sola en este desierto de las frikadas de Facebook.
Fuente de inspiración: Marketing Strategy Expert, en su post de 16 de febrero de 2014: Top 10 Freaky Things People Can Do on Facebook
Hay otro grupo de estudio. los que te añaden de forma compulsiva a todo tipo de grupos.!
de repente te das cuenta que tus intereses han crecido y que perteneces al grupo de los “grafiteros de las señales de tráfico”, “fans calvos del Cola cao”, “antiguos deboradores de la gomas milan”
jajaja me meo contigo jordi. ese se me abía pasado, debe ser porque no me invitan a muchos grupos, pero no se lo digas a nadie o me empiezan a llover las invitaciones. Besitos
la “fauna” de Facebook es algo que realmente me fascina (yo soy otro espécimen del ecosistema y lique), creo que si te adentras en profundidad puedes llegar a publicar un ensayo sobre este espejo de la sociología. Hay varios “ejemplares” que a mí me llaman poderosamente la atención: el “visillero” (profundo analista de muros ajenos), el “castelar del chat” (si tienes una como amiga o desactivas tu chat o te mudas a vc), el “filósofo pendular” (pone una frase de gandhi, otra de Coelho y a continuación una de Donald trump). el mío es zona experimental, ya que pruebo todos los sistemas posibles para interactuar con él, así que debo pertenecer a la dudosa categoría de los “buscadores de sensaciones”.
un cordial saludo alicia, y mi sincera felicitación por tu forma de comunicar, fresca e ingeniosa.
jajaja me ha encantado lo del Castelar del chat. yo lo desactivé hace muchísimo tiempo porque tenía en mi lista de amigos a usuarios de una fan page que gestiono sobre Alzheimer (de hecho la creé yo) y me freían a preguntas sobre la enfermedad, me pedían consejos, me contaban sus istorias. debían pensar que yo era su Grupo de Autoayuda particular. tal vez no tenían nada mejor que hacer que ocupar mi tiempo con cuestiones que desgraciadamente me ponen fatal.
y la verdad es que el comportamiento de los usuarios en las diferentes Redes Sociales da para cubrir un master, ganando Facebook por goleada.
Gracias por el comentario manuel. Besitos
mucho de lo leído es totalmente verdadero, ahora, creo, en la parte dónde comentas que etiquetaste a cierto grupo de amigos y te responden personas que nada tienen que ver, es mas bien una cuestión de configuración de privacidad, tampoco es que están las personas “stalqueandote” o sin mas te comentan, no debe uno tomarse a la tremenda esas cosas, mas bien configurar bien cómo y con quién desea compartir ciertas cosas y si no se desea compartir las fotos de los hijos, existen redes para privadas como path.
tomaría su mensaje como un cumplido, alguna persona que deseó darme algo bueno de sí.
saludos :d
hola Maria josé. Gracias por tu comentario. tal vez no me entendiste bien en el post. a mi no me importa que las fotos de mi hija den la vuelta al mundo entero, si me importara no las compartiría. en el caso que comenté lo que me hizo gracia es que un amigo del etiquetado pensara que era hija suya, simplemente por lanzarse a comentar una publicacion sin mirar bien si es algo propio o algo que le han colgado, y nunca mejor dicho.
un abrazo
o.o jajaja
sinceramente esa parte no la entendí y bueh. en esta villa del señor cada deía nos topamos con newbies, un saludo cordial, que tengas un excelente deía. ps: me encanta tu blog :d
muchas gracias guapa. Perdona que no te haya contestado antes al primer comentario, pero “se me perdió” la notificación por email y con tanto ajetreo de escribir mi última entrada no me he dado cuenta hasta hace unas oras.
Feliz tarde guapa
Besitos